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12 de enero de 2025 en la Tierra - Vigésimo año galáctico - #30

 



El último acto del cuerpo de baile

 

 

Un adios coreografiado que deja un extraordinario legado científico 

 

 

El 4 de junio de 1996, cuatro bailarines ocupaban la bahía de carga del flamante cohete Ariane 5 en su vuelo inaugural.

Apenas unos segundos tras el despegue, el cohete explotó y los pasajeros se perdieron.

Afortunadamente no eran personas, sino satélites destinados a estudiar la magnetosfera terrestre, el escudo poderoso e invisible que nos protege del constante bombardeo de partículas cargadas provenientes del Sol y del espacio profundo. 

 

 

La misión Ariane 501 explota sobre el espaciopuerto de Kourou

Crédito: ESA 

 

 

Restos de un satélite Cluster

Crédito: ESA 

 

 

Para ello, la Agencia Espacial Europea (ESA) concibió una misión sin precedentes: cuatro satélites idénticos dispuestos en los vértices de un tetraedro, a la que llamó Cluster.

Esta configuración permitiría estudiar fenómenos de la magnetosfera como gradientes de plasma, ondas de choque y vórtices magnéticos, tanto en dirección al Sol como en la cola del viento solar.

Además, al modificar la arista del tetraedro desde unos pocos hasta diez mil kilómetros, la misión podría analizar variaciones temporales y espaciales con gran precisión.

Los nombres de los cuatro satélites, Rumba, Tango, Salsa y Samba, fueron seleccionados en un concurso, evocando la idea de un "baile" permanente en órbita.

 

 

Impresión artística de los cuatro satélites Cluster volando en formación tetraédrica.

Fuente: Wikimedia - Crédito: ESA/Rosetta/NavCam – CC BY-SA IGO 3.0

 

 

Tras la conmoción inicial, la comunidad científica insistió en recuperar la misión, y así fue: se construyeron tres satélites nuevos y un cuarto con las piezas de ingeniería ("de repuesto") de los malogrados

La misión Cluster se “relanzó” en el año 2000.

Incansables, los cuatro danzarines superaron los dos años de vida previstos y han alcanzado ¡24 años de operación!

Durante dos ciclos solares completos, y en tándem con misiones de agencias como ESA, NASAJAXA y CAS, Cluster ha producido un caudal de retorno científico: 3750 trabajos científicos y 122 tesis doctorales.

 

 

 

 

Las misiones Cluster e IMAGE (de la NASA) observaron simultáneamente una aurora zeta el 15 de septiembre de 2005, descifrando el misterio de su formación.

Fuente: ESA Crédito: ESA/NASA/SOHO/LASCO/EIT

 

 

Lamentablemente, todo tiene un final.

Aunque los satélites Cluster no fueron diseñados para destruirse en la atmósfera (en esa época la sostenibilidad espacial no era prioridad), ingenieros y controladores lograron una reentrada controlada del primero el 8 de septiembre de 2024, “salpicando de Salsa” el área deshabitada del Océano Pacífico Sur.

Los otros tres satélites han cesado de recoger datos: Rumba reentrará en 2025, y Samba y Tango lo harán en 2026.

Así concluye la longeva y extraordinaria misión Cluster. Sin embargo, los datos recopilados por los cuatro bailarines seguirán generando ciencia durante muchos años, ampliando nuestro conocimiento de la defensa magnética de nuestro hogar.

 

 

 

Reentrada de Salsa observada desde un avión.

Fuente: ESA - Crédito: ESA/ROSIE/University of Southern Queensland

 


 

Para saber más

 

  1. Misión Cluster en la tertulia científica Coffee Break: señal y ruido - Vídeo. 
  2. Portal sobre la misión Cluster de la ESA.
  3. Cluster’s 20 years of studying Earth’s magnetosphere – ESA
  4. Descifrado el misterio de las auroras 'zeta' – Periódico Público
  5. Buenas noches, Cluster: brillante final para una misión pionera – ESA
  6. Archivo de ciencia de la misión Cluster – ESA

 


 

 

Cápsula realizada por 

 

 

Juan Carlos Gil Montoro 

 

 

 

 

 

 

Las astrocápsulas son una iniciativa de la FAAE