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Vigésimo año galáctico - 28 de julio de 2024 en la Tierra - #19

    

¿Estarán nadando?

 

 

Cuando los pequeños seres verdes eran unos grandes constructores

 

 

Estamos en 1905, en el observatorio Lowell, situado en Flagstaff, Arizona. Aprovechando la oposición de Marte, un hombre estudia las enigmáticas líneas que observa en su superficie.

 

 

 

 

Percival Lowell observando Venus desde el Observatorio Lowell.  

Fuente: Wikipedia. Dominio público.

 

 

El observador se llama Percival Lowell. Personaje un tanto peculiar con una curiosidad desbordante, estudió matemáticas en la universidad de Harvard y trabajó en oficinas diplomáticas en Corea y Japón. Posteriormente escribió diferentes libros relacionados con Oriente.

 

Multimillonario apasionado por la astronomía, Percival se interesó por los dibujos de Marte hechos por Giovanni Schiaparelli a finales de los años 1880. Estas imágenes muestran unas líneas semejantes a canales…

 

Después de haber vuelto de sus misiones en Oriente, decide dedicarse a tiempo completo a la astronomía, con una convicción: estos “canales” pueden haber sido construidos por una civilización. Financia la construcción de un observatorio que llevará su nombre con el objetivo principal de estudiar Marte.

 

 

 

 

Mapa de Marte dibujado por Giovanni Schiaparelli, quien nunca llegó a pensar que estos “canales” fueron construidos por una civilización.

Fuente: Wikipedia. Dominio público.

 

 

Lowell escribió tres libros sobre Marte y sus canales a principios del siglo XX. Sus teorías llamaron la atención de la comunidad científica.

 

El terreno era fértil para este tipo de interpretación, ya que en esta misma época se estaban construyendo los canales de Suez y de Panamá. Estas mastodónticas obras eran consideradas como símbolos de la revolución industrial y de la potencia emergente de un ser humano capaz de modificar su entorno y hasta la morfología del planeta que habita.

 

Un elemento de orden semántico alimentó la polémica: Schiaparelli uso el término “canali” en sus descripciones. Este término no implica el carácter artificial de las estructuras percibidas. Se tradujo su trabajo al inglés y se cometió un error en el proceso al usar el término “canal”, que sí implica un carácter artificial, cuando “channel” hubiese reflejado la posibilidad de que las estructuras fueran naturales.

 

Poco más era necesario para alimentar la imaginación desbordante de Lowell, defensor convencido de la existencia de marcianos ingenieros, una teoría que, además, arraigó en el terreno fértil de la población ávida de este tipo de noticias.

 

 

 

Artículo del NYT en 1911, con el título “Los marcianos construyen dos canales inmensos en dos años”.

Fuente: Wikisource. Dominio Público

 

 

Varios observatorios apuntaron sus telescopios hacia el planeta rojo y alimentaron la polémica. Algunos astrónomos confirmaron las especulaciones del Sr. Lowell, otros, como el español Josep Comas i Solà,  manifestaron su escepticismo aportando argumentos de peso que, aun así, no convencieron a quienes preferían creer en un Marte habitado.

 

Se llegó a mencionar que estas estructuras artificiales servían para dirigir las reservas de agua de los casquetes polares hacía las zonas ecuatoriales y se interpretaban los cambios de color de la superficie marciana como la evolución de las cosechas, cuando en realidad se trataba de tormentas de polvo.

 

Con el paso del tiempo, la mayor parte de la comunidad científica tuvo claro que los canales de Marte no eran más que una ilusión óptica.

 

Sin embargo, esta confusión dejó huellas muy importantes en la cultura popular y hubo que esperar a la llegada a Marte de la misión Mariner 4 en 1965 para descartar definitivamente la posibilidad de que hubiera vida compleja en Marte, y no hablemos ya de una civilización avanzada.

 

¡Así que nos toca esperar antes de poder celebrar unos Juegos Olímpicos en el planeta rojo!

 

 

Una de las primeras fotografías de la superficie de marte tomada en 1965 por la sonda Mariner 4.

Fuente: Nasa. Crédito: NASA/JPL

 

 


 

Para saber más

 

  1. ¿Vida inteligente en marte? El estudio que casi acabó con la carrera del matemático y astrónomo Percival Lowell.
  2. El gran lío de los canales marcianos (Cultura Científica).  

  3. Martian Canals (Wikipedia; en inglés).

  4. Percival Lowell (Wikipedia).

  5. Percival Lowell (Wikipedia; en inglés).

  6. Josep Comas Solà (Wikipedia).

 


 

 

Cápsula realizada por

 

 

Nicolás Cahen

 

 

Vigésimo año galáctico - 14 de julio de 2024 en la Tierra - #18

    

La cuna del Sol

 

 

Las estrellas no nacen solas

 

 

1778. El astrónomo alemán Johan Gottfried Kohelem está en la ciudad alemana de Dresde observando el cielo con su telescopio cuando, apuntando a la región de Cáncer, se concentra sobre un nuevo cúmulo estelar que posteriormente Messier clasificará como M67. Se trata de un cúmulo abierto con más de 500 estrellas. 

 

Descubrió sin saberlo a unas posibles hermanas del Sol. 

 

 

 

 

Cúmulo abierto   Messier 67. Fuente: Wikimedia Commons. Autor: Sloan Digital Sky Survey.

Licencia: Creative Commons Attribution 4.0 International license.

 

 

Las estrellas nacen, evolucionan y mueren.

 

Nuestro Sol nació hace unos 4600 millones de años y le quedan otros 5000 millones de vida aproximadamente. Pero las estrellas no nacen solas, sino que lo hacen en grupos que pueden ir de algunas decenas a muchos cientos de compañeras.

 

Si observamos la constelación de Orión, vemos estrellas que no superan los 12 millones de años de edad.  Esto significa que cuando los dinosaurios poblaban nuestro planeta (hasta hace unos 66 millones de años), las estrellas más brillantes de esta constelación no existían. En su lugar había una gran nebulosa a partir de la que se formaron los astros que hoy constituyen el gran cazador.

 

 

 

 

Cinturon de Orión y la Nebulosa Cabeza de Caballo. Fuente: Wikipedia 

Licencia: CC BY-SA 3.0 Crédito: Astrowitch

 

 

Suponemos que junto con el Sol también nacieron otras estrellas con las que terminó formando un cúmulo abierto. Desconocemos tanto qué proceso fue el responsable de disolver el cúmulo como en qué parte de la galaxia se formó.

 

¿Dónde se encuentran las hermanas del Sol?

 

Desde el nacimiento de nuestra estrella, la Vía Láctea ha completado 20 rotaciones, por lo que el Sol y sus hermanas han tenido mucho tiempo para dispersarse.

 

 

 

Mapa de la Vía Láctea

Crédito NASA/JPL-Caltech/R. Hurt (SSC/Caltech)

 

 

M67 incluye 15 estrellas con edad, composición y masa similares a la del Sol. Es posible que el Sol proceda de ese cúmulo, pero la mayoría de los especialistas creen que es muy poco probable.

 

Sabemos que HD101364, situada a 214 años luz del sistema solar en la constelación de Draco, es una estrella considerada gemela del Sol.

 

Pero no es la única.

 

También ocurre con HD186302, a 184 años luz en la constelación del Pavo o la considerada gemela más cercana, HD162826, a 110 años luz en la constelación de Hércules.

 

Es probable que haya algunos miles de hermanas del Sol más escondidas en toda la Vía Láctea. Localizarlas permitiría afinar los modelos de evolución estelar, rastrear la historia de nuestra galaxia y, quizá, localizar dónde se formó el sistema solar.

 

¡Sol, vamos a encontrar a tus hermanas!   

  

 


 

Para saber más

 

  1. Cienciaes.com: El nacimiento del Sol y sus hermanas | Podcasts de Ciencia
  2. Evolución Del Sol: Todo Lo Que Debes Saber Y Su Origen (misistemasolar.com)

  3. Cómo se formó el Sol (unprofesor.com)

  4. El hermano gemelo del Sol a 184 años luz | portalastronomico.com

 


 

 

Cápsula realizada por

 

 

Virginia García

 

 

Vigésimo año galáctico - 16 de junio de 2024 en la Tierra - #16

    

¡Oye, cielo! ¡Quítate el sombrero! ¡Allá voy!

 

 

¿Quién abrió la puerta de las estrellas a la mitad de la humanidad?

 

 

- ¡Elena, Elena, Valya sale en la televisión!

- Si está en una competición de paracaidismo…

- ¡No, no! ¡¡Está en el espacio!!

 

 

Ni siquiera la madre de Valentina Tereshkova (diminutivo Valya) sabía que su hija había sido seleccionada como candidata para convertirse en cosmonauta, que había recibido un duro entrenamiento y que había sido designada para el primer vuelo espacial comandado por una mujer.

 

Se enteró de forma abrupta el 16 de junio de 1963 cuando Valentina orbitaba la Tierra a 28 000 km/h.

 

 

 

 

 

Valentina Tereshkova, primera mujer en alcanzar el espacio.

Fuente: SDASM Archives. Licencia: The Commons (No known copyright restrictions).

 

 

Durante los primeros años de la carrera espacial, la Unión Soviética llevaba una clara ventaja sobre los Estados Unidos de América: primer satélite (Sputnik 1), primer animal en órbita (Laika, Sputnik 2), primera nave en sobrevolar la Luna (Luna 1), primera sonda hacia Venus (Venera 1) y primera persona en el espacio (Yuri Gagarin en la cápsula Vostok 1) en 1961.

 

Inquieto ante esos éxitos, el presidente de los EUA John F. Kennedy declaró no escatimar esfuerzos en el programa espacial y prometió poner un hombre en la Luna esa misma década.

 

En este contexto, la URSS supo del programa Mercury 13 por el que varias mujeres se sometieron a las mismas pruebas que los candidatos oficiales (varones) del programa Mercury de la NASA, lo que desencadenó una misión espacial soviética comandada por una mujer.



 

Cosmonautas soviéticos. Primera fila, de izquierda a derecha: Vladímir Komarov (Voskhod 1), Yuri Gagarin (Vostok 1), Valentina Tereshkova (Vostok 6), Andrián Nikoláyev (Vostok 3), Konstantín Feoktístov (Voskhod 1), Pável Beliáyev (Voskhod 2). Segunda fila: Alekséi Leónov (Voskhod 2), Guerman Titov (Vostok 2), Valeri Bykovsky (Vostok 5), Borís Yegórov (Voskhod 1), y Pável Popóvich (Vostok 4).

Fuente: Agencia RIA Novosti. Crédito: Alexander Mokletsov. Licencia: Creative commons BY-NC-SA 3.0.

 

 

Cinco mujeres fueron entrenadas como sus compañeros varones y Valentina fue elegida para el primer vuelo, cuyo objetivo formal era evaluar el impacto del viaje espacial sobre el cuerpo de una mujer, lo que exigió el rediseño del traje espacial para adaptarlo a la anatomía femenina.

 

La misión no estuvo exenta de problemas, en la tónica del resto de vuelos del programa Vostok y los Mercury americanos, pero Valentina cumplió en general con los objetivos establecidos y regresó sana y salva.

 

Desde luego varios hombres habían orbitado la tierra con anterioridad, y sin duda el primero, Yuri Gagarin, destaca por audaz e intrépido: no se sabía si un humano podría soportar el vuelo espacial, quizá sufriese daños cerebrales...

 

Aún así, Valentina no se queda atrás: sobre ella recayó la responsabilidad de comprobar que el organismo femenino soporta el viaje espacial prolongado de forma equivalente al masculino.

 

 

 

 

Parche de la misión Vostok 6 en el traje térmico de Valentina Tereshkova; es una paloma, pero ella se refería a ella como “mi gaviota” en relación al distintivo de llamada que eligió para su vuelo: gaviota.

Crédito: Collect Space. Autor: Luc van den Abeelen. Licencia: Con permiso del autor.

 

 

Valentina Tereshkova sigue siendo la única astronauta mujer en haber hecho un vuelo en solitario, así como la más joven (tenía 26 años).

 

En sus memorias, Valentina recuerda a una profesora de matemáticas que les solía citar a Máximo Gorki:

 

Debes vivir enamorado de algo que no esté a tu alcance: llegarás más arriba si tus sueños son más difíciles.

 

Celebremos con orgullo el logro histórico de Valya, quien abrió la puerta de las estrellas a la mitad de la humanidad.  




 

Monumento a Valentina Tereshkova en el sitio donde aterrizó tras su viaje espacial, cerca de la localidad de Bayevo en Siberia.

Fuente: X-Ray Delta One en Flicker. Autor: James Vaughan. Licencia: Creative commons BY-NC-SA 2.0.

  

  

 


 

Para saber más

 

  1. Vuela, gaviota… ¡Vuela! – Valentina Tereshkova fue una valiente pionera”, Juan Carlos Gil, blog Naukas, 19 de septiembre de 2023.

  2. Tierra, aquí Chaika. ¡La Tierra es hermosa! (Medio siglo de la primera mujer en el espacio)”, Daniel Marín, blog Eureka, 16 de junio de 2013.

  3. Serie de entradas dedicada al 60 aniversario del vuelo de Valentina Tereshkova, rafasith, blog He visto cosas, mayo y junio de 2023.

 


 

Cápsula realizada por

 

Juan Carlos Gil

 

 

 

 

Vigésimo año galáctico - 30 de junio de 2024 en la Tierra - #17

    

Neuronas en el espacio

 

 

Mientras el cerebro sea un misterio, el universo continuará siendo un misterio (S R y C)

 

 

El 25 de julio de 1989, el presidente de los Estados Unidos George H. W. Bush firmó la ley que declaraba los años 90 como “el decenio del cerebro”. La declaración hacía un llamamiento a agentes públicos y privados para la organización de programas, ceremonias y actividades adecuados.

 

El informe técnico en el que se apoya la declaración resalta los enormes costos humanos y económicos relacionados con las enfermedades cerebrales y los trastornos de la comunicación.

 

 

 

 

 

Dos imágenes incluidas en documentos oficiales relacionados con la declaración del decenio del cerebro.

Crédito: Neurology.org y Biblioteca del Congreso.

 

 

La NASA, uno de los agentes públicos más importantes del país, preparó una misión especial enmarcada en este mandato presidencial: la misión STS-90 NEUROLAB, que despegó de Cabo Cañaveral el 17 de abril de 1998. En la bahía de carga del Columbia se instaló el Neurolab, una versión modificada del laboratorio espacial Spacelab usado en misiones anteriores.

 

Durante los 16 días de la misión se realizaron 26 experimentos para estudiar los efectos de la ingravidez en el sistema nervioso.

 

Las investigaciones incluyeron varias especies de animales: 7 humanos (los astronautas), 152 ratas de laboratorio (incluidas 14 hembras con camadas prenatales), 229 peces de cola de espada, 60 caracoles, 824 grillos y 680 huevos de grillo … en definitiva, una especie de pequeña arca de Noé.



 

Tripulación de la misión STS-90 Neurolab, la última y probablemente la más compleja y productiva de la serie Spacelab que precedió a la instalación de los laboratorios espaciales permanentes a bordo de la ISS.

Crédito NASA

 

 

Las investigaciones se agruparon en cinco secciones:

  • El sistema de equilibrio
  • Integración sensorial y navegación
  • Desarrollo del sistema nervioso en ingravidez
  • Control de la presión arterial
  • Ritmos circadianos, sueño y respiración

 

Equipos científicos de todo el mundo participaron en estos experimentos. Entre ellos estaban los investigadores del Instituto Cajal del CSIC Javier de Felipe y Luis Miguel García Segura.

 

Las distintas especies animales se eligieron por su rápido desarrollo del sistema nervioso en el momento de la misión. De esta manera, se pudo comparar si había diferencias entre individuos que viajaron al espacio y otros de control que permanecieron en tierra.

 

 

 

Los astronautas Jay C. Buckey y Dafydd “Dave” R. Williams asisten al compañero James A. Pawelczyk en uno de los experimentos para el estudio del sistema nervioso autónomo en la cámara de presión negativa a bordo del Neurolab.

Crédito NASA

 

 

En el experimento participado por los científicos españoles se observaron diferencias neuroanatómicas generalizadas entre las ratas que se quedaron en tierra y las que viajaron al espacio.

Esta constatación respalda la idea de que “el sistema motor de un animal se adapta para un funcionamiento óptimo dentro del entorno experimentado durante un período crítico en la vida postnatal temprana”.

Esta conclusión está alineada con el concepto cajaliano de la plasticidad del sistema nervioso. Según Cajal, todo ser humano, si se lo propone, puede ser el escultor de su propio cerebro.

La carga útil de esta misión incluyó 9 dibujos originales y 12 preparaciones histológicas de Cajal, como homenaje de la comunidad internacional al padre de la neurociencia moderna.




 

En 2003 la NASA publica los resultados de los experimentos realizados en la misión STS-90 Neurolab. En el preámbulo del libro, con las firmas de los 7 astronautas, se hace un homenaje a la figura de Santiago Ramón y Cajal.

Crédito NASA.

  

  

 


 

Para saber más

 

  1. Planetario de Pamplona: Información sobre el audiovisual de planetario (película fulldome) sobre Santiago Ramón y Cajal, en el que se expone la misión STS-90 Neurolab: https://www.pamplonetario.org/es/publico-general/bajo-el-cielo-de-cajal

  2. Declaración del decenio del cerebro por parte del presidente George H. W. Bush: https://www.neurology.org/doi/pdfdirect/10.1212/WNL.40.2.321

  3. Al año siguiente, una segunda declaración instituye la iniciativa: https://www.loc.gov/loc/brain/proclaim.html

  4. Sitio web de la NASA que conmemora el 25 aniversario de la misión STS-90 Neurolab: https://www.nasa.gov/humans-in-space/25-years-ago-the-sts-90-neurolab-mission-nasas-contribution-to-the-decade-of-the-brain/

  5. Publicación de los resultados científicos de la misión STS-90 Neurolab: https://www.researchgate.net/profile/Jay-Buckey/publication/24323554_The_Neurolab_Spacelab_Mission_Neuroscience_Research_in_Space_Results_from_the_STS-90_Neurolab_Spacelab_Mission/links/00b4953c2b992d59b1000000/The-Neurolab-Spacelab-Mission-Neuroscience-Research-in-Space-Results-from-the-STS-90-Neurolab-Spacelab-Mission.pdf

  6. También en: https://ntrs.nasa.gov/api/citations/20030068190/downloads/20030068190.pdf

  7. Conferencia de Javier De Felipe Cajal en el espacio: La misión Neurolab de la NASA, con motivo de la exposición “Astronautas” del Museo Nacional de Ciencias Naturales: https://www.youtube.com/watch?v=5yV7a2YudGc

  8. Noticia en el diario El Mundo el 24 de abril de 1998: https://www.elmundo.es/salud/290/23N0118.html

  9. Noticia de la Agencia EFE sobre la visita de los astronautas para devolver los originales de Cajal (dibujos y preparaciones) al CSIC: https://efs.efeservicios.com/foto/neurolab/8000060750

 


 

 

Cápsula realizada por

 

Fernando Jáuregui.

Planetario de Pamplona - Asociación Red Astronavarra Sarea

 

 

 

 

Vigésimo año galáctico - 2 de junio de 2024 en la Tierra - #15

    

¡Tiene razón!

 

 

Cuando una observación astronómica confirma una teoría revolucionaria

 

 

29 de mayo de 1919 en la ciudad de Sobral, al norte de Brasil, unos pocos grados por debajo del ecuador, una zona dominada por los bosques tropicales. 

 

Alisando sus bigotes constantemente empapados por el ambiente saturado de agua e interpelando a sus colaboradores, un hombre mira con atención unas placas fotográficas... “No hay duda: Einstein tiene razón.”

 

 

 

 

Fotografía del eclipse de 1919. Fuente: Wikimedia Commons.

Crédito: Frank Watson Dyson. Licencia: Dominio público.

 

 

Se trata de Frank Watson Dyson, coordinador del equipo de Brasil en el marco de una expedición a dos bandas dirigida por Arthur Stanley Eddington, quien se encuentra haciendo una labor equivalente en la isla de Príncipe, en el golfo de Guinea. Ese día la Luna eclipsó al Sol y la totalidad recorrió ambos lugares.

 

La misión tiene como objetivo poner a prueba la teoría general de la relatividad que Albert Einstein había compartido con la comunidad científica pocos años antes: las estrellas cuya posición aparente se encuentren cerca del Sol serán visibles durante el eclipse, permitiendo medir si dicha localización aparente cambia por la acción gravitatoria de nuestra estrella sobre su luz.

 

¡Y lo acaban de verificar!

 

Libro de actas de la reunión donde Eddington presentó sus observaciones de la curvatura de la luz alrededor del Sol, confirmando la teoría de la relatividad general de Einstein.

Fuente: Wikimedia Commons.

Crédito: Billthom. Licencia: Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International license.

 

Las expediciones obtuvieron imágenes sobre placas fotográficas con el fin de medir el desplazamiento de las estrellas del cúmulo estelar de las Híades que serían visibles en pleno día primaveral por estar el Sol cubierto por la Luna.

 

Se requerían mediciones muy exactas, y las placas obtenidas por Eddington en Santo Tomé y Príncipe no terminaron de servir, pero sí las capturadas por Dyson en Brasil. Ese fue precisamente el propósito de desplegar dos equipos independientes.

 

 

Zona del firmamento donde ocurrió el “eclipse de Eddington”, muy cercana al cúmulo de las Híades. 

Crédito Alex Mendiolagoitia usando Stellarium

 

  

Simulación del “eclipse de Eddington”, con Venus y Júpiter en la parte superior derecha.

Crédito: Alex Mendiolagoitia usando Stellarium

 

Ya en 1804 Johann Georg von Soldner había publicado un estudio usando la ley de gravitación universal de Newton que predecía que una gran masa como la del Sol desviaría los rayos de estrellas ulteriores.

 

Einstein calculó el efecto en 1911 y revisó los números cuando en 1915 publicó la teoría general de la relatividad, para llegar a la conclusión correcta: la desviación de las imágenes estelares debía ser bastante mayor que la prevista por la teoría newtoniana.

 

La confirmación experimental de la teoría tuvo tal impacto que Albert Einstein adquirió repentinamente fama a nivel mundial, convirtiéndose en una celebridad.

 

Excepto por von Soldner, todos los protagonistas de esta historia tienen un cráter a su nombre en la Luna.

  

 

  

 


 

Más información 

 

  1. Desviación de la luz y falsabilidad — Cuaderno de Cultura Científica (culturacientifica.com)
  2. Confirmación experimental de la teoría de la relatividad especial (1) — Cuaderno de Cultura Científica (culturacientifica.com)
  3. Comprobaciones experimentales de la relatividad general (y 2) — Cuaderno de Cultura Científica (culturacientifica.com)
  4. Einstein y Arthur Eddington — Cuaderno de Cultura Científica (culturacientifica.com)
  5. El eclipse que convirtió a Einstein en leyenda (lavanguardia.com)
  6. En el cielo las estrellas: El eclipse de Eddington (guillermoabramson.blogspot.com)

 


 

 

Alex Mendiolagoitia

 

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Nicolás Cahen

 

 

 

 

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