Las Astrocápsulas son 'pequeñas historias', o anécdotas con carácter lúdico, relacionadas con la astronomía o la astronáutica, de lectura fácil (incluso a través del móvil), con periodicidad quincenal que son enviadas a través de un boletín de noticias.
Esperamos que esta iniciativa sea de vuestro interés y os animamos a formalizar la suscripción y, también, a compartirla y darle difusión.
Vigésimo año galáctico - 4 de febrero de 2024 en la Tierra - #7
¡A la caza de lo invisible!
Y se encontraron desde el Polo Sur hasta en los tejados de todo el mundo
Jon estaba sentado en el jardín de su casa disfrutando de una buena taza de té y tarareando una de sus piezas favoritas con su guitarra cuando una brillante y minúscula mota de polvo aterrizó sobre su mesa. Una extraña y excitante idea le empezó a dar vueltas por la cabeza: ¿Y si estamos rodeados de micropartículas de origen cósmico y nadie se ha dado cuenta hasta ahora? Desde aquel momento su vida cambió para siempre.
Fuente: Ryan Thomson/ The Dark Flight of Micrometeorites || Making the Geologic Now (punctumbooks.com)
Han sido invisibles e imperceptibles, han estado ocultas, escondidas para los seres humanos y para la Ciencia. Al principio, estaban presentes solo en conversaciones científicas sin que se materializaran y se convirtieran en una realidad palpable. Eran sin lugar a dudas, un extraordinario misterio por resolver: los micrometeoritos.
Imagen de lluvia de meteoros Perseidas de 2023 en el observatorio Aras de los Olmos.
Fuente: Alicia Lozano y Vicent Peris.
Los científicos habían asumido por completo que las partículas del orden de 1 mm o menores desaparecían al entrar en contacto con nuestra atmósfera. Al contrario que los meteoroides mayores, que crean fascinantes estrellas fugaces y bólidos y que a veces llegan al suelo en forma de meteoritos, la lluvia de pequeños meteoroides y de partículas de polvo interplanetario no da lugar a ningún fenómeno luminoso en el cielo. Sorprendentemente, toneladas de micropartículas extraterrestres llegan a nuestro planeta cada día y, sin embargo, hasta hace poco más de 50 años solo se había podido encontrar este tipo de material en zonas recónditas o aisladas como la Antártida, en desiertos remotos o glaciares. Gracias a trabajos pioneros y misiones como las de Donald E. Brownlee y Michel Maurette en los años 1960, los micrometeoritos se convirtieron en un área de la ciencia.
Imágenes con microscopio electrónico de una variedad de esférulas cósmicas recogidas en zonas urbanas.
Fuente: Proyecto Stardust – Jon Larsen.
Pero no sólo se han encontrado en zonas aisladas, sino que, hace poco más de una década, las casualidades de la vida llevaron a nuestro amigo Jon Larsen a curiosear acerca de esa brillante y minúscula mota de polvo que cayó en su mesa. En 2015 este guitarrista de jazz noruego descubre el primer micrometeorito urbano del mundo y “lo imposible” se hace realidad.
Imágenes ópticas de alta resolución de micrometeoritos.
Fuente: Proyecto Stardust – Jan Braly Kihle/Jon Larsen.
Desde entonces junto con el minerólogo Jan Braly Kihle han producido las imágenes de micrometeoritos en alta resolución más espectaculares del mundo que forman parte de su proyecto “Stardust”. Su colección, que ahora supera los 4000 especímenes, proporciona a los científicos conocimientos muy valiosos que abren las puertas a nuevos descubrimientos.
Y tú ¿A qué esperas para encontrar lo invisible? Como apunta Jon Larsen en la página web de su proyecto Stardust: “Nunca olvides que estamos rodeados de polvo de estrellas por dentro y por fuera.”
Más información
Astrocápsula elaborada
por Rosa Lopez
Las astrocápsulas son una iniciativa de la FAAE